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Antoine, te toca a ti

Antoine Griezmann calentando en el Camp Nou. / DAVID RAMOS/GETTY IMAGES EUROPE

Griezmann tiene pendiente las grandes citas con el Barcelona, a algunas no ha llegado porque no le han dejado y en otras no ha aparecido porque no ha podido pero hoy el equipo le pide que muestre su mejor cara porque su 10 no va a estar y porque necesitan un referente no sólo en lo futbolístico sino en lo emocional y ver a un campeón del mundo que trata a todos como sus amigos, a los ojos, cuando las ideas se agotan puede ser reconfortante y hasta inspirador. 

El 7 que siempre va con camiseta de manga larga, al que lo caracteriza su don por agradar y ese carisma particular todavía no ha encontrado la brillantez individual en la Ciudad Condal. La misma forma de jugar que lo llevó a ser Top 3 mundial. Eso a un lado, se puede cuestionar el famoso ‘encajar’ pero no se puede reprochar el sentimiento de vestuario ni el aporte colectivo que ha impregnado el francés en una plantilla que ha quedado en medio del fuego cruzado en una guerra institucional. Antoine es ese que con su estatus de estrella lo dejan en la grada y entona el ‘Cant del Barça’, el mismo que no se pierde de la magia que tiene el Palau o que deja detalles en tweets apoyando a su equipo femenino. Antoine es el que ejerce de líder cuando el capitán no está, el que se queda a dar la mano a todos sus compañeros o que manda regalos de navidad a cada uno de ellos porque eso tienen los buenos entender que no se trata de ellos. 

Si bien es cierto que a Griezmann hay que pedirle más en el verde, no es por cifras, es más bien por capacidad. Un niño muy pequeño que tuvo que mudarse a San Sebastián porque en Francia se cansaron de decirle ‘no’ sabe pasar por momentos difíciles y aunque a veces hace falta una entrevista para desahogar y recordar que detrás del pelo largo, las cámaras y los bailes hay personas. Ese niño muy pequeño llegó al club de un niño que era aún más pequeño (que se convirtió en el más grande) y aunque Grizou no se ha mantenido a la altura ha dado pinceladas que dejan entre ver que sí puede estarlo. 

Antoine, te toca a ti demostrar que te tocó la varita porque uno no se hace el referente de un campeón del mundo por casualidad. Antoine, te toca iluminar nuestros ojos, no porque nos debas pero porque puedes.