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Pedri, el mago de los tres puntos.

Dani Alves y Dembèlè, celebrando junto a Pedri / FC Barcelona Twitter

Después del parón de selecciones, la “Xavineta” volvería a entrar en acción.

No era un partido común y corriente el del pasado domingo. Todo se llenó. Un soldout tremendo. Ambiente de lujo en Camp Nou. El Barça se medía con el que probablemente sea uno de los equipos más trabajados en la competición doméstica.

En la previa, el dato más preponderante que circulaba en los diversos medios de comunicación era nada más y nada menos que la sólida y confiable realidad del Sevilla en liga; no habían conocido derrota en todo lo que va de año 2022.

Por otro lado, luego del 0-4 conseguido en el Bernabéu,  el Barça gozaba con un envión anímico importante cuya obligación era mantenerlo, como también el resultado positivo. Esta era una prueba importante para los culés.

Los aspectos tácticos:

El partido comenzaba con la intensidad que este choque ameritaba. El Sevilla de Lopetegui salió sin un delantero fijo (9), parecía que su idea era aprovechar con mayor rapidez las pocas oportunidades que tendrían, por banda.

Defendían con mucha gente. Un bloque bajo muy compacto y organizado cuya intención era anular y extinguir los espacios. Como segunda (pero inmediata) orden tenían: “obligar” o forzar al Barça, a intentar ataques por los costados donde sabían que podían encontrar apoyo y ajustar la presión con los volantes e inclusive los extremos. Evitar los 1 contra 1.

Los de Xavi salían prácticamente con los mismos protagonistas de El Clásico, pero con una modificación que era Dani Alves por Eric García. Un 4-3-3 que no se modifica, que se convierte también (por momentos) en un 4-4-2 (con extremos funcionando como volantes que se repliegan) cuando defiende.

El partido pintaba un desarrollo complejo. El conjunto culé generó varias oportunidades de gol. Tenía una propuesta más clara que el rival, pero no terminaban de materializar esas oportunidades. Aún cuando el Barça parecía tener el control del partido, parecía y daba la sensación de que todo iba a reducirse en dos posibles situaciones: el error del rival o un gol producto de una individualidad.

Pedri, el As bajo la manga. 

No hay manera de equivocarse con Pedro González López, mejor conocido como Pedri. 

Intuíamos que el empate iba a romperse por un movimiento individual, pero nadie imaginaba que el grito sagrado terminaría llegando a través de Pedri. Qué pedazo de gol sacó de la galera el joven canario del Barça. 

Los azulgranas una vez más pisando fuerte, posicionándose ahora como segundos en la tabla de posiciones. Un encuentro muy emocionante. Tres puntos de oro.