Barcelona

El futuro de Ousmane Dembélé

Ousmane Dembélé celebra un gol // AFP

Una de las grandes patatas calientes para la nueva junta directiva es el futuro del francés Ousmane Dembèlé. El jugador acaba contrato en 2022 y ha estado vinculado en los recientes mercados con varios clubes, en especial el Manchester United, pero su caso es seguramente el más complejo por muchas razones.

Para empezar, el francés es un jugador aún joven, 23 años, por lo que su pérdida podría suponer dejar escapar casi una década de uno de los mayores talentos incipientes del continente. Además, su precio, más de 100 millones, como todos sabemos, es imposible de recuperar a día de hoy; el rendimiento global del francés durante estos años en Barcelona no ha sido, ni de lejos, merecedor de tales cifras, y además la pandemia ha mutilado las grandes economías futbolísticas de Europa.

Pero el nivel mostrado por Dembélé ha subido mucho con Koeman. El joven francés es uno de los jugadores ‘recuperados’ por el técnico holandés, quizá el más importante y el que ha experimentado una mejora más notable. Destaca, por ejemplo, que ya no se lesiona, por lo menos, con la frecuencia de antaño. Los fisios y preparadores del club llevan tiempo trabajando la musculatura del extremo, tanto cuando se lesionaba como cuando estaba sano, y parece que eso puede haber contribuido a que, a medida que sus músculos se desarrollan, adquieran una solidez de la que antes carecían. Un trabajo arduo que ha sufrido muchos reveses en menos de cuatro años, pero que empieza a generar dividendos.

Asimismo, esa continuidad en su juego ha hecho que Dembélé suba su nivel muchos escalones. Es más consistente, tácticamente más comprometido, menos alocado, toma mejores decisiones, parece menos ansioso y tiene mucha más confianza, lo que se nota en sus regates y sus disparos.

Si tuviera que ponerle algún defecto; sus definiciones de cara a portería siguen siendo irregulares, y eso le ha costado caro al equipo en la eliminatoria contra el PSG. Además, con esta versión de Dembélé como mejor jugador de equipo se ha perdido parte de la chispa que lo hacía imprevisible. Ahora parece menos probable que realice jugadas espectaculares o largos eslálones, pero, y es la otra cara de la misma moneda, perderá muchos menos balones comprometidos. Por decirlo de algún modo, siendo obvio que su nivel medio ha subido, podríamos decir que su techo parece ligeramente más bajo de lo que se intuía, pero su nivel mínimo ahora esta muy por encima de lo visto en los últimos años.

Por todo ello, el club tiene una decisión importante por delante. Se le podría vender en verano, siendo seguramente el jugador que mayor traspaso dejaría en las arcas, se hablaba de unos 60 millones, o se le podría renovar para ser un jugador importante en el futuro de la entidad y esperar ingresar por otros jugadores más veteranos como Griezmann, Umtiti, Lenglet o Coutinho.

Al parecer el club y el jugador están predispuestos a renovar su contrato, pero eso podría ser también una táctica para dar al club una mejor posición negociadora. Los ingresos son necesarios, y parece que el Barça intentará fichar a Haaland. Dicho esto, sería una lástima que Dembélé saliera, ya que parece obvio que la estrella noruega se beneficiaría mucho de tener a un extremo como el francés a su lado. Y, por lo visto este año, no parecería raro que Messi, si decidiese seguir, también prefiriera hacerlo junto a Ousmane Dembélé.